Leonardo da Vinci
Fue un polímata florentino del renacimiento italiano.

Leonardo “atrevidamente” comienza a presentar unas láminas de zanahoria, coronadas con una anchoa, como queriendo emular una rosa. La idea parecía descabellada en un tiempo donde comer abundantemente marcaba la época y el buen nivel del lugar. No hay duda, su espíritu creativo comenzaba a marcar un camino que cinco siglos después llega a tomar el nombre de cocina gourmet.
Emprende una nueva etapa de cocinero con la ayuda de Sandro Botticelli y de ésta manera nace en el verano de 1478 ‘La enseña de las Tres Ranas’, de Sandro y Leonardo.
Se hace vegetariano por su indeclinable posición de que hay que comer y no hay que ser comedor de cadáveres.
Da Vinci se caracterizaba por escribir a diario sus experiencias, descubrimientos en la cocina y todo lo relacionado con preparaciones.
Tenía una predilección por la polenta, por las aceitunas, por las ancas de rana, el pastel de riñones, los intestinos ahumados de cerdo y las ubres de vaca, con lo cual la idea de que era vegetariano queda atrás.
A Leonardo da Vinci se le atribuye la invención de la gelatina, quien la describe como “una mezcla de agua, vinagre de vino y pezuñas de vaca”; se lo considera el precursor del sacacorchos de botellas de vino, igual que del molino de pimienta, realizado en madera de uva y basado en el Gran faro de Spezia.
Inventó el prensador de ajos, el rebanador de huevos, el asador manual, entre otros tantos artículos.
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